domingo, 23 de junio de 2013

EL INTI RAYMI.

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Inti Raymi: el inca regresa a Sacsahuamán

El 24 de junio se celebra en el Cusco la fiesta más esperada, el Inti Raymi. Más de 30.000 espectadores se reúnen para ver al inca recrear la época dorada
Inti Raymi: el inca regresa a Sacsahuamán
El actor que hace de Pachacútec durante el Inti Raymi se ha convertido en un personaje local. (Foto: Renzo Guerrero de Luna / Archivo)
MARÍA HELENA TORD
Todos los años, el 24 de junio, se celebra en el Cusco la mayor fiesta que rememora la época inca. El Inti Raymi o Fiesta del Sol coincide con el final de la cosecha y con el equinoccio de invierno. La escenificación, que tiene como eje central la explanada de Sacsahuamán, reúne a más de 30.000 espectadores de todo el mundo, que esperan recrear durante una hora y media la época en que Pachacútec era el inca del Tahuantinsuyo y cuando la parafernalia y el ritual convertían al Cusco en el centro del mundo andino.
MITOS Y LEYENDAS
La recreación actual del Inti Raymi tiene solo 70 años de existencia y se creó bajo un guion hecho para rememorar la anhelada época inca por los cusqueños y actualmente se ha convertido en un espectáculo turístico, que coincide con el tiempo de fin de la cosecha que durante el incanato era también celebrado. Para Tom Zuidema en su libro “El calendario inca”, el momento de clímax se producía durante el solsticio de junio, cuando se desarrollaba un Inti Raymi distinto, claro, del que se realiza hoy, alrededor del 21 y 22 de junio. Durante este mes los sacerdotes seguían el movimiento del Sol en procesiones diarias, sacrificando una llama en la montaña Huanacauri, una llama en el Coricancha y una tercera en la montaña Quiancalla.
De este modo anunciaban y facilitaban el regreso del Sol, para que les proveyera de calor y enviara la lluvia para el primer riego. Al parecer el Inti Raymi se celebró por última vez en 1535. Luego, durante la época del Virreinato esta fiesta fue prohibida por la Iglesia Católica para evitar la profesión de fe a otros dioses. Después de muchos años, en 1944, fue rescatada por un grupo de intelectuales cusqueños que lo presentó como obra de teatro. Antes de que ello ocurriera se trataba de una ceremonia incaica que se realizaba al inicio del invierno. Ahora permanece como un espectáculo del que los cusqueños se sienten orgullosos y les recuerda que fueron el centro del mundo andino.
LA FIESTA CENTRAL
La ceremonia central que se festeja ahora en la explanada de Sacsahuamán se inicia a la 1.30 p.m. con la escenificación del emplazamiento ceremonial con un informe de los cuatro suyos o regiones que formaban el Tahuantinsuyo en la época de los incas y continúa con los ritos de la chicha y el del fuego sagrado.
Uno de los momentos más emocionantes es el sacrificio de la llama para pronosticar los augurios de nuevos tiempos. Además, la ceremonia sigue con el rito del sankhu (pan sagrado) y culmina con el q’ochurikuy o estallido de exaltación popular.
Más de 800 actores en escena saludan al Sol mientras 30.000 espectadores saludan al inca. Todos llegan a Sacsahuamán el 24 de junio.
Los cerros que flanquean esta impresionante fortaleza cusqueña se llenan de decenas de hornos de piedra y puestos de comida y todo el Cusco se mueve alrededor del Inti Raymi.
En la misma plaza del Cusco los principales restaurantes ofrecen las mejores vistas del comienzo de la fiesta, ya que el Inti Raymi comienza desde las 9 a.m. en el Coricancha, que es el Templo del Sol y continúa en la Plaza de Armas, donde originalmente se habría celebrado el solsticio de invierno, esa vez con más de 100.000 espectadores con entrada libre por supuesto.

DÍA DEL CAMPESINO



Cada año, los peruanos, rendimos un merecido homenaje a la mayor parte de nuestra población, la que siembra la semilla, abona la tierra, la ara y cosecha sus frutos. En esta fiesta, los antiguos peruanos, aseguraban la continuidad y renovación de la vida. Los benéficos rayos del Dios Sol propiciaban las buenas cosechas y la salud, de hombres y animales.

El Día del Campesino o Día del Indio, no es otra cosa que la fiesta del Hatun Raymi que se celebraba en el Tahuantinsuyo para dar la bienvenida al solsticio de verano en los Andes, adorando al Dios Sol y agradeciéndole los beneficios brindados durante el año. Se le ofrecían, a su vez, sacrificios y dones. La fiesta, hasta hoy, se revive en el Cusco todos los años.

Esta tradición incaica, fue conocida por los españoles y conservada hasta la primera mitad del siglo XX, cuando el presidente Augusto B. Leguía, mediante Decreto Supremo promulgado el 23 de mayo de 1930, estableció el 24 de junio como el Día del Indio, con la finalidad de destacar su preocupación por el hombre del campo.

Posteriormente, hubo intenciones de modificar la fecha, debido básicamente a oposiciones al régimen de Leguía, pero ello no tuvo aceptación; hasta que, finalmente, el Congreso de 1949, promulgó una nueva ley restableciendo, el 24 de junio, como única fecha oficial de celebración del Día del Indio.
El general Juan Velasco Alvarado, promulgó la Ley de Reforma Agraria el 24 de junio de 1969 y junto con ello la nueva denominación de Día del Campesino.